Equipo al completo
Hacía tiempo que no coincidíamos los seis en la montaña. Tocaba celebrar el regreso de Seti que hacía apenas 3 meses que había sido operado del hombro y ya estaba de nuevo haciendo lo que más le gustaba. Además, ninguno de nosotros había tenido la fortuna de conocer el valle de Gaube, uno de los más espectaculares de los Pirineos y que da acceso a una de las paredes más bellas e imponentes que jamás habíamos visto. Hacia las 8 de la tarde del viernes nos pusimos rumbo al refugio Oulettes de Gaube, que, en esta época del año, funciona como refugio libre. Aunque no esté guardado, es un refugio que dispone de camas, colchones, mantas y estufa de leña. Creo que esta información puede ser muy útil para evitar el exceso de carga o, como nosotros, para sustituirla por dos cervezas más en la mochila.
Al día siguiente, aún teniendo la motivación por las nubes, ninguno de nosotros quiso escuchar el despertador. Finalmente, comenzamos a deslizarnos a las 10 de la mañana, ascendiendo las primeras laderas con la mirada puesta en la sobrecogedora cara norte del Vignemale, hacia la Hourquette d'Ossoue, collado que da acceso al refugio de Baysellance. Descendimos unos 150 m de desnivel para, posteriormente, encarar la larga diagonal que nos conduce al glaciar d’Osseau. Sin rampas demasiado pronunciadas, fuimos poco a poco remontando hasta situarnos bajo la canal que conecta con la ancha cresta que deberemos recorrer hasta la cima. Ya con crampones y piolet, dejamos esquís , tabla y mochila arriba de la canal y con cuidado alcanzamos el Vignemale ( 3.298 m), cima espectacular con una panorámica que siempre recordaremos. Tras fantasear con nuevos y apasionantes ascensos y descensos en muchas de las montañas que teníamos delante ( Monte Perdido, Taillón, Marboré,..), emprendimos la esquiada a través de todo el abanico de las peores formas de nieve que existen.
Comenzamos por las suaves pendientes del glaciar sobre nieve venteada para continuar por las laderas umbrías que caen de nuevo a nuestro refugio sobre una espeluznante costra. Johan Costronius había estado ahí, y eso se hacía notar . Aún así, como decimos nosotros, este es el Pirineo y parte de su belleza reside en lo inesperado que va a ser tu camino . ¡Qué felicidad tener de nuevo a todo el grupo reunido haciendo lo que más nos llena!
Ya de vuelta, seguimos el ritual de todas nuestras salidas, brindar con una cerveza comentando cuáles serían las próximas aventuras que nos gustaría vivir juntos.
Distancia, desnivel y tiempo:
Pont d’Espagne - Oulettes de Gaube : 8,7 km / 3 h / +711m
Oulettes de Gaube - Vignemale - Oulettes de Gaube : 15 km / 7 h / + 1.670 m
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