Está siendo un año muy duro, con estrictas restricciones de movilidad que impiden hacer lo que más nos gusta. Han pasado casi 3 meses desde la última salida y toca arriesgarse. ¡Fugitivos en busca de libertad! Primero nos juntamos Diego y yo para ascender al refugio de Bachimaña y montar ahí nuestro campo base. Con el transcurso de los días fueron llegando el resto de integrantes del equipo. El pronóstico meteorológico era descorazonador pero la idea de juntarnos todos de nuevo en la montaña mataba cualquier atisbo de duda.
Infiernos - Corredor sur ( PD-/4.2 /E1)
Bonito día de esquí en una de las cimas clásicas del valle de Tena. Desde el refugio de Bachimaña, tomamos el camino que se dirige al collado de Pondiellos. Una diagonal incómoda da acceso a las palas suaves y continuas que irán ascendiendo hasta este collado. A partir de ahí, visualizamos ya la ancha canal que conecta con la cima principal de los infiernos. En su base, nos juntamos con Jon, un aspirante a guía con el que terminaremos la jornada. Nos encanta disfrutar de un día tan bonito con gente tan motivada y que transmite tanta pasión con él. El sol ya ha trabajado lo suficiente como para encontrarnos el corredor en perfectas condiciones. De nuevo pieles y un trago de agua para remontar de nuevo al collado. Desde aquí, toca disfrutar de nuevo de amplias palas de nieve transformada en unas condiciones perfectas para dejar la mente en blanco. Con una sonrisa en la cara, cansados pero exultantemente felices, trazamos las últimas diagonales hasta el refugio.
Brecha de arnales ( F+ / 3.1 / E1)
Esta ladera de vertiente Este tiene una pinta excepcional, sobre todo, en días de condiciones primaverales. Siguiendo el itinerario anterior, antes de llegar al collado de Pondiellos, observamos ya a nuestra derecha la bonita pala que nos depara. Gracias a las buenas condiciones de nieve, conseguimos acceder con pieles hasta la propia brecha. Desde aquí, toca disfrutar de unos preciosos giros hasta un resalte rocoso, dónde, con cuidado, debemos de buscar la salida correcta. Una vez superado, toca seguir esquiando por terreno menos inclinado.
Bachimaña - Garmo Negro
Nuestro fotógrafo de expedición es el último que falta por llegar. Inmerso en una ventisca de película, y con una gran cantidad de nieve acumulada, tiene la valentía de ascender sólo hasta el refugio de Bachimaña. Normalmente es valiente, pero no tanto, así que alguna sorpresa trae. Una vez BI se encuentra a buen recaudo, nos anuncian a Diego y a mí que nuestra despedida de soltero estaba a punto de empezar. Los dos nos casamos en unos meses y toca celebrarlo. Nos disfrazamos, sacamos el pacharán, abrimos unas birras, y aprovechamos que al día siguiente se avecina un nuevo día de ventisca. Pasado este día, y con el mal tiempo aún acechando, decidimos que hay que tener una foto en la cima del Garmo Negro disfrazados y porteando a nuestras muñecas hinchables, simbolo de de la indisoluble relacion que nos espera en unos meses. Pequeñas tonterías que hace que lo pasemos muy bien. ¡ Qué buenos amigos tenemos! Incluso en estos tiempos conseguimos estos momentos tan mágicos.
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