Segunda visita a la Sierra de Cantabria pasado apenas un mes desde que Julen y yo decidimos adentrarnos en estas nuevas paredes. Escalando el Regalo quedamos enamorados de esta pared por su roca, su entorno, su soledad, su verticalidad, en resumen, de la magia que aquel día respiramos. Prometimos volver pronto, y aquí estamos, con intención de escalar otra de las vías más asequibles de la pared, la vía Susana. Esta vez nos juntamos Javi y yo, asistiendo a la tradicional reunión navideña que desde hace años programamos. ¡Una pena que viva tan lejos, que bien nos lo pasaríamos!
Fecha: 29 Diciembre 2021
Desnivel y dificultad: 160 m, 6b+ (6a oblig.)
Apertura: Raúl Pascual y Simón Elías en 2002.
Meterial: juego completo de friends hasta el 4, con piezas grandes repetidas (0,75 / 1 / 2), fisureros y alguna cinta larga; y doble cuerda de 60 m.
Aproximación: 40 min. Aparcamos el coche justo pasado la ermita de Berberana, en un hueco a la derecha donde entran unos 3 coches. De ahí, seguir recto por la pista en dirección de la pared. Tras unos minutos, abandonar la pista hacia el sendero que sube recto, por un cortafuegos, en dirección de la pared. Dejar a la derecha la cuerda fija que da acceso a las vías de “El Regalo”, etc. Y bordear la pared hacia la izquierda.
Vía: Muy bonita vía en nuestra opinión. Roca en general menos compacta que la única vía que conocemos, El Regalo, pero buena en general. disfrutamos muchísimo escalando los L2, L3 Y L5, siendo largos de montaña con fisuras y diedros preciosos. El L1 nos pareció un poco expuesto y con peor calidad de roca, sobre todo, si, como nosotros, lo escalas por la chimenea que queda a la izquierda de la fisura evidente. La travesía del L4 nos pareció espectacular. Ir remontando hasta visualizar la fisura evidente y desplomada del último largo.
Descenso: Repelando por la misma vía: desde la R5 hasta la R4, desde la R4 hasta la R2 y desde la 2 hasta el suelo. Cuidado con el segundo rápel, hay que evitar bien los arbustos visibles desde la reunión.
Anécdota: Se nos atascó la cuerda durante el segundo rápel. La noche acechaba y tras varios intentos, nos acercamos a escasos 10 metros a la derecha de la R2, para probar suerte desde otro ángulo. No sabemos si fue un milagro o el propio destino, pero desde este nuevo punto, nos sorprendió la existencia de una cuerda fija a unos 10-15 metros de distancia. Fijamos la poca cuerda que habíamos recogido y rapelamos hasta alcanzar la cuerda fija, que, a su vez, nos deposita en tierra firme. Desde aquí, un agradecimiento a estos anónimos equipadores. Al día siguiente las recogimos así que no merece la pena ir a cogerlas:)