Hacía tiempo que nos pasábamos unos cuantos días recorriendo kilómetros, escalando o esquiando con el único fin de juntarnos para hacer lo que más nos gusta; estar en la montaña. Es quizás el mejor decorado para ponerse al día y empezar el año contagiados por la paz de los lugares que vamos recorriendo. Además, Seti y yo coincidimos, entre otras muchas cosas, en algo muy básico; nos encanta exprimir los días. Será además un viaje que supondrá en nosotros un bonito punto de inflexión. Seti volverá a escalar paredes y yo volveré a esquiar. Dos motivos más para afrontar este roadtrip con especial ilusión.
La primera parada la programamos en Riglos para escalar la vía Jose Antonio Sanz. Después de 3 largos, la lluvia nos obliga a bajar, tomarnos una birra mañanera, y recorrer otros tantos kilómetros para seguir escalando en Camarasa.
Otro día con tiempo incierto y que se torna en la mejor ocasión para ponerse de nuevo los esquís, darse un paseo y comprobar que tanto el cuerpo como la mente están preparados para una nueva temporada. Como había que exprimir el día, un poco de deportiva nos deja en las mejores condiciones para descansar antes del gran día.
Lo bonito de la montaña es que los días en los que alcanzas ciertos objetivos se ven compensados con otros en los que te das cuenta que habías sobreestimado tus capacidades. Este es uno de esos días :) El plan original era realizar la cresta de los Besiberris, empezando por el Besiberri nord, hasta el sud, pasando por todas sus cimas intermedias.
Aproximación y track: https://www.strava.com/activities/10492407568.
Salimos desde la presa de Cavallers. Estamos de nuevo solos en este valle que tantas sonrisas nos ha sacado. Tras cruzar la presa, abandonamos el camino que normalmente tomamos para ascender al refugio de ventosa. Vamos ascendiendo el angosto valle que asciende al Estany de Malavesina. En altura, las primeras borrascas han dejado ya bastante nieve. Parece que va a ser un precioso día de alpinismo! En 3 horas, llegamos a la base de la cresta y comenzamos, concentrados, a escalar los primeros metros. Los años hacen que con pocas palabras y alguna mirada adivinemos lo que los dos estamos pensando. algún flanqueo expuesto en nieve y algún que otro paso delicado nos basta para darnos cuenta que la cresta se nos hará larga. El orgullo nos hace coronar, por lo menos, la primera de las cimas.
A los dos nos basta. Por fin, una una vez de nuevo en la base vamos poco a poco descendiendo y discutiendo sobre sensaciones que ambos compartimos: Qué frío hemos pasado y que poco curtidos estamos :) Ajenos a esto, estamos muy felices por estar dónde estamos y por volver a las largas jornadas en las que vemos cómo sale y se acuesta el sol.
Un último paseo con las pieles puestas será la jornada perfecta para volver a la calma y terminar un viaje que seguro se repetirá muy pronto. 2024 promete.
Bonita manera de empezar 2024. Qué importante saber parar a tiempo y quedarse con lo disfrutado. Chicos listos ♥️ Y valientes. Un beso Gon!