Le debía esta visita a mi colega Jaco. Por circunstancias de la vida, no pude asistir a la celebración de su 30 cumpleaños, con lo que intenté remediarlo con unas vacaciones alpinas en Suiza, dónde vive él.
Fecha: 31 Julio 2022
Dificultad : AD
Material: cuerda 60 m ( maximizar rápeles bajada) , algún friend mediano, crampones , piolet, material glaciar.
Cada uno decidió llevarse a su compañero de cordada por defecto, y juntos, Hulio, Maxito, Giacco y yo pasamos muy buenos días entre colegas. Experiencia que juramos repetir, en Pirineos , el año que viene. Queda por escrito.
Un lluvioso viernes nos obligó a replantear el plan inicial, y , tras varias posibles alternativas, decidimos por apostar a ascender el Dent Blanche el Domingo , por su arista Wandfluegraf ( vía normal) y , el lunes, escalar en las preciosas paredes de granito de Furka Pass. La guinda del pastel fue conocer parte del día a día de nuestros colegas, escalando en alguna escuela cercana, dándonos un bañito en el río de Zurich, y, sobre todo, participando en el critical mass, reivindicación ciclista que junta a miles de personas mientras pedaleas entre música electrónica y birras, bloqueando el tráfico de la ciudad. Unas buenas risas.
Al grano. El sábado por la mañana pusimos rumbo a les Haudères, desde dónde emprendemos los 1.700 m de desnivel que nos separan del refugio del Dent Blanche. Imponente y cómoda caminata que , por terreno seguro, alcanza este acogedor refugio, situado casi en la base de la propia arista. Lo ideal era caminar despacio, regulando e ir aclimatando poco a poco, dejando energía para el día siguiente. Justo lo contrario, hicimos nosotros , caminamos al estilo “fracasado el último” alcanzando así el refugio en 3h30 con las piernas pidiendo un respiro. Aún así, vino bien para expulsar las farras acumuladas este verano, que no son pocas.
Casualidad o destino, coincidimos con el mismo guía que, hace 3 meses, nos ayudó desinteresadamente a cruzar una grieta en el Jungfrau. Da gusto reencontrarte con buena gente!!5,15 suena el despertador. Con calma, salimos del refugio 1 hora más tarde, permitiendo al sol que funda el hielo surgido tras la última nevada. Bonita ascensión, sin demasiadas complicaciones, más allá de algún paso puntual, dónde además, se acumulaba un buen número de cordadas, que , aunque retrasaron mucho la subida, nos permitieron apreciar la inmensidad que teníamos delante.
Una vez en la cima, tocó descender, empleando más esfuerzo de lo esperado. Varios rápeles, algunos destrepes en ensámbleme con varias transiciones nos condujeron, tras 8 horas de actividad, de vuelta al refugio. Julen y yo corrimos, forzadamente, más que el resto. Como suele pasar, El muesly del desayuno hizo más efecto del deseado. Ahora si, tras aligerar equipaje, fuimos poco a poco bajando metros hasta el coche, felices del día tan guapo que habíamos pasado. Por fin, con el deber cumplido, celebramos la jornada un una pizza, unas birras y unas vapeadas antes de conducir hasta nuestro nuevo destino, Furka Pass.
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