Hemos oído decir que el Tuc dera Pincèla es la montaña perfecta para un día de iniciación al esquí se montaña, o simplemente para aprovechar una agradable jornada sin demasiadas exigencias. Nosotros además descubrimos que resulta una cima perfecta para ponernos al día, charlar y explayarnos mientras hacemos lo que más nos gusta. Si encima tienes la fortuna de trazar los primeros giros de nieve polvo, poco más se puede pedir a la inauguración de la temporada.
Dado que estamos iniciando el invierno, emprendemos el día en la Borda de Llana. A partir de aquí, calzamos esquís y alternamos el trazado entre las amplias campas del valle y la carretera que, a estas alturas, ya queda cubierta por la primera nevada.
Poco después, nos encontramos ya en un valle mucho más frío, al resguardo de sol y que conservará la nieve mucho más fresca de lo esperado. Esto quizás nos anime a pensar que seguramente gocemos de unos primeros giros muuuuy saaanos! Sin prisa pero sin pausa continuamos ascendiendo por las suaves pendientes que dan acceso al collado que divide el Tuc dera Pincèla y el Tuc d'Arenho. Si te gusta, para que cambiar. Eso pensamos al volver dos veces a este mismo valle. El primer día priorizamos la cima principal y sus vistas, aún estando estas últimas palas más expuestas al sol y al viento. El segundo día, en cambio, buscamos maximizar esa sensación de de bajadas sobre nieve polvo, y nos decantamos por la segunda cima. Quién sabe cuando volverá....
Cuando se pilla costra, lo decimos, pero cuando pillamos powder también! Bendito inicio de temporada. No es por la nieve, sino por estar de nuevo entre amigos y haciendo lo que más nos llena.
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