La segunda parada de nuestra escapada otoñal es Mont Rebei, un terreno de aventura del que muchas veces nos habían hablado. Para descubrir esta imponente tapia, elegimos la vía Santiago Domingo, una de las más asequibles de la pared de Aragón y muy expuesta a sol, ideal para escalar en las frías mañanas de otoño.
Tercer día seguido de escalada y parece que el cuerpo sigue funcionando. Hoy sí, nos espera un día cómo los de antes; madrugón, aproximación, vía larga , alguna embarcada, y vuelta con las últimas luces del atardecer . Lo echábamos mucho de menos. Ambas paredes, la de Cataluña y Aragón, surcadas por el serpenteante y azulado río que las divide, es un dibujo que por sí solo , merece una visita.
Aproximación: Track: https://www.strava.com/activities/10286237697 desde el parking tomamos una pista ancha, siempre con nuestro objetivo de frente. Tras unos cientos de metros, desviarse hacia el sendero marcado con hitos, que nos conduce a la base de la pared. Desde aquí seguiremos recorriendo el inicio del paredón hasta llegar a un pequeño destrepe tras el cual, está el inicio de la vía. Está marcado con las siglas LSD.
Desnivel y dificultad: 420 m / 6a+
Material: Doble cuerda de 60m, Juego de Friends hasta el n 3, repitiendo algún mediano, 12 largas.
Vía: la vía va recorriendo las zonas de menor dificultad, todas ellas enlazas por imaginativas travesías. El primer largo ya nos anticipa que tendremos que acostumbrarnos a escalar concentrados y con paciencia. Un largo de V con pocos seguros nos ayuda a ir cogiendo confianza. El tercero, de 6a+, precioso, sigue también con misma tónica, pero tiendo que superar una panza bien protegida.
El cuarto supera dos fisuras, paralelas y un techito con cantazos ( V) para ir protegiéndola al gusto. Que largazo! Todavía quedaba el L6, un increíble diedro fisurado a proteger (V+?). Seguimos flipando. Por fin, tras alguna zona de transición, y algún largo más vertical, llegamos a la maravilla de L9. Este viaje va de Chimeneas y espeleología!
Cansados tras 5 h de escalada, llegamos a la cima de la cual, tranquilos y satisfechos, bajamos caminando de nuevo hasta el coche. Otro pizziolo en el Tino y a por el día siguiente.
Vaya viote, zorionak gudaris!