Cada final de año suele arrastrarme hacia pensamientos nostálgicos que hacen, inconscientemente, un balance sentimental del año. Muchos recuerdos circulan por tu cabeza, sin embargo, es muy bonito pensar que a pesar de todo, estás terminando el año cómo lo empezaste; escalando en uno de los lugares que más calma te irradia. Me suele dar miedo regresar a sitios en los que sentiste algo especial por el temor a no conseguir experimentar las emociones aquel día tuviste. En Riglos, perdí ese miedo. Cada mañana, la luz que va poco a poco iluminando estas rojizas y verticales paredes sigue apagando cualquier preocupación interior. Este lugar, al que el tiempo parece no afectarle, lo congelará para ti también mientras permanezcas flotando en sus preciosas paredes.
En esta visita, escalamos la vía Currucuclillo y caída de los dioses, y ascender así a dos de los mallos más populares, el Frechin y el pisón.
Currucuclillo
Desnivel y dificultad: 230 m / 6a+
Material: 15 cintas. Cuerda 60 m ( se puede bajar andando)
Vía: Vía ideal para disfrutar de un agradable día en la pared del Mallo Frechin. Vía más equipada que otras más antiguas. Además, los sextos nos parecieron también menos exigentes que otros largos de grado similar en otras vías como las Chopper o las Mosquitos. Continua vertical y muy bonita vía.
Caída de los dioses
Hace unos cuantos años ya que Aitor, Julen y yo viajamos un diciembre a Riglos por primera vez. Elegimos la vía más asequible de los mallos principales; el espolón Adamelo. Comenzamos los primeros, y, probablemente, fuimos también los últimos en volver a terreno firme. Con nuestra falta de experiencia, escalar aquel espolón era más que un reto. Llegar a la cima del mallo pisón resultaba impensable. Nos quedó pendiente pisar la cima de este icónico mallo.
Desnivel y dificultad: 190 m + 105 m ( normal al pisón). 6B
Material : 10 cintas y 2 cuerdas 60 m ( útiles para los rápeles volados)
Vía: El primer largo de V+ nos anticipa ya que vamos a sufrir. Nos parece duro, con una panza al inicio que nos deja fritos. El segundo largo de 6a+ es mantenido y muy bonito. Desde aquí, confesamos nuestras pocas ganas de sufrir y continuamos hasta el collado, por el Espolón Adamelo. Por fin, en dos largos, por su vía normal, llegamos a la cima del mallo pisón.
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