Julen tiene ahora pocos días para disfrutar de largos días de montaña, y, como era de esperar, me iba a exigir exprimirlos al máximo. Tras rechazarle alguna propuesta fuera de mi alcance, decidimos optar por hacer una muy bonita combinación, sudeste clásica al Midi d'Ossau y Anglada Cerdá en Ordesa. Dos días para recordar en dos de los sitios más especiales.
El aura que se genera alrededor de una de las montañas a la que siempre quiero regresar permanece intacta. Los rebaños de ovejas, marcadas con diferentes colores, contratan con las verdes praderas que nos dibujan el camino hacia la preciosa muralla de Pombie.
Apertura: Jean Ravier y André Armengaud en 1953. Fue la `primera de la extensa huella que dejaron los hermanos Ravier en esta icónico lugar.
Dificultad y desnivel: 540 m / V+
Aproximación: Similar a las otras vías que recorren la muralla de Pombie. Al comenzar por la parte baja, se evita parte de la incómoda pedera que sí deberemos correr durante la bajada. https://www.strava.com/activities/11879941027
Pasados unos meses desde que recorrimos este impresionante itinerario, comprobamos que tanto el apoteósico diedro del L6, la área travesía del L8 y el vertiginoso paso del último largo, que nos da acceso al inicio de las viras de bajada, quedarán para siempre en nuestra memoria.
Por fin, tachamos una de las más bellas escalada de Pirineos y de la que, probablemente, más reseñas habíamos leído. La bajada, por las "famosas" viras, nos requieren más atención de la prevista y completan una jornada impresionante en un lugar del cual nunca nos cansaremos.
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