Hace unos cuantos años ya que me compré, por casualidad, una vieja guía de esclada en el Pirineo Oriental. No hay mejor excusa para justificar aquella compra que hacer una visitilla al BI, conocer Pedraforca, y pasar unos días por Barcelona.
El Pedraforca es una muy buena opción para salir desde Barcelona pronto por la mañana y volver en el mismo día. Su cara norte esconde muchas vías, todas ellas elevadas sobre una preciosa estampa decorada, en estas fechas, por los colores de otoño. Es preocupante poder estar escalando sin pasar apenas frío, a finales de noviembre, una pared norte ubicada a más de 2,000 metros. Sin embargo, no queda otra opción que disfrutar y reflexionar sobre la irreversible huella que vamos dejando.
Nuestro objetivo es ponernos al día en la montaña, escalando una vía larga y sin mucha dificltad técnica. Para ello, nos decantamos por la Homedes, abierta en 1935 por Francesc Homedes, Bernard Boixeda y y Ramón Albareda. Es bonito pensar que, a pesar del frenético cambio que sufre nuestro entorno, hay ciertos rincones en el mundo que se mantienen intactos casi 100 años después de haberse descubierto.
Desnivel y dificultad: 400 m / V+ (A0). En general predomina el IV grado, con tramos de transición y algunos pasos puntuales de más dficultad.
Material: Doble cuerda de 60 m, Juego de friends hasta el nº3, 10 cintas largas.
Aproximación: Aparcamos algo pasado el parking desde el cual se accede al refugio Lluís Estasen. En apenas 5 minutos lo alcanzamos y continuamos por el sendero del ascenso al Pedraforca. Una vez tenemos la cara norte a nuestra izquierda, nos desviamos por un incierto sendero asciende hasta la base de la vía. track: https://www.strava.com/activities/10240749477
Vía: Esta vía asciende al Gat, una de las reconocibles puntas del macizo de Pedraforca. El trazado va recorriendo las partes más asequibles de la pared, a través de chimeneas y diedros enlazados por zonas tumbadas que nos permitieron esclarar con más agilidad. Los 4 primeros largos, de IV/ IV+ con dos pasos puntuales algo más difíciles, nos conducen a la zona más tumbada y rota de la pared. En general no hay muchos seguros en la pared, pero algún viejo clavo nos ayudará a seguir el camino. Las reuniones, eso sí, están todas equipadas con parabolts.
Desde aquí, la roca es a veces dudosa, con lo que avanzamos con cuidado, unos 200 m, en ensanble, hasta situarnos bajo el largo más bonito de la vía; un diedro chimenea de V- con muy buen canto y muy fácil de proteger.
Por fin, otros dos largos, el último algo más expuesto por su delicada roca, nos depositan la cima del Gat.
Descenso: Desde arriba localizamos fácilmente la instalación de rápel, que, en 30 metros, nos deposita en collado desde el cual podemos ir ya caminando hacia el decenso normal del Pedraforca.
Esperemos que este sea el descubrimiento de un nuevo lugar que de pie a muchos reencuentros.
BIBLIOGRAFÍA: PIRINEO ORIENTAL , ALBERTO URTASUN, 2004
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